miércoles, 30 de marzo de 2011

La dama oscura

Aun recuerdo aquellos tiempos en los que era aquella joven oscura y profunda como la noche, una dama de las tinieblas, capaz de ver la belleza en las situaciones mas trágicas de la vida.
Encerrada en mi mundo de fantasía buscando un refugio a esta jungla de asfalto. Donde las criaturas mas siniestras y temibles creadas por la imaginación humana resultaban mas amables que la propia realidad. Donde eran los dados los que decidían como saldría la siguiente misión, de vez en cuando la suerte me sonreía. Ese no era el caso en la vida real, nunca fui demasiado afortunada.
Era conocida por mis compañeros como esa tía rara que da miedo, lo cual me enorgullecía mucho.
Mientras el resto de las niñas se volvían locas por Bisbal o el grupo que estuviera entonces de moda, no lo recuerdo, yo escuchaba tool, katatonia, lacuna coil...Mientras el resto de las niñas se compraban la superpop y ese tipo de revistas yo leía la muy interesante, alguna que otra revista de música, la hobby consolas,...

Esto último es gracioso porque me compraba revistas de videojuegos y sin embargo tarde mucho,  mucho pero que mucho tiempo en tener mi primera consola, lo primero porque no teníamos  demasiado dinero y lo segundo porque mis padres eran anti tecnología, con lo cual cualquier avance tecnológico que hubiera yo siempre iba un paso por detrás, por ejemplo cuando salió el discman yo aun escuchaba música en mi walkman, cuando todo el mundo tenía un DVD en casa yo seguía viendo películas en el VHS, cuando a todos mis amigos les regalaban consolas y videojuegos a mi cualquier otra cosa porque eso eran comecocos igual que la tele y jugar a juegos de rol, que te hacia volverte loco y matar a tus padres.
En fin, son todas estas cosas y muchas mas las que me llevaban día si y día también a las continuas discusiones con mi madre. Todo empezaba con un:
-Hija, ya podrías ser un poco mas normal
A lo cual yo respondía:
-Pero es que lo normal es aburrido.
Y a esto le seguían un cumulo de gritos, que perdían el sentido por momentos y no nos llevaban a ninguna parte, al menos a mi, después de todo yo era la hija y como tal nunca tenía razón.
Hoy soy yo la madre y ahora poseedora de la razón absoluta e indiscutible
-¿Que porqué?
-Pues porque lo digo yo. jajaja
En fin… cuando mi hijo sea adolescente posiblemente la historia se repita, entonces yo le diré:
-Hijo, ya podrías ser un poco mas raro.